Este estilo se inicia en Italia en el siglo XVI y perdura hasta finales del siglo XVIII, se extendió por todos los países europeos, desarrollando características propias en cada país. En este arte hay una marcada predilección por el naturalismo, el dinamismo y los efectos ópticos, aparecen composiciones de naturaleza muerta, bodegones, animales, vida de santos y de Cristo, enmarcándose dentro de esquemas asimétricos. Las representaciones de personas o de gente del pueblo aparecen con sus vestimentas normales, pero en los retratos de clase social alta, son más adornadas las vestimentas, pelucas, encajes, zapatos estilizados, sombreros, etc.; sin embargo, lo que más caracteriza a la pintura barroca es el manejo de las luces y sombras, la intensidad dramática y el empleo del color. En Italia se produjeron dos corrientes pictóricas, o estilos: el Ecléctico y el Clasicista, en este país se destacó la figura de Miguel Ángel Merisi de Caravaggio; en Francia destacaron Nicolás Poussin, Georges de La Tour y Claude Gelée Lorrain; en España el barroco se torna serio y formal, representado magistralmente por Diego Rodríguez de Silva y Velásquez, Francisco Zurbarán, José de Ribera y Bartolomé Esteban Murillo. En los países bajos el barroco generó dos escuelas: la Flamenca, que tuvo su apogeo en el siglo XVI en Flandes y fue representada por Pedro Pablo Rubens, Antón Van Dyck y Jacob Jordanes, y la Holandesa, la cual produjo un nuevo estilo y contó con dos importantes personajes: Rembrandt H. Van Rijn y Jan Vermeer o Van der Meer de Delft.
Este arte se desarrolló entre los siglos XVII y parte del XVIII, su punto de partida fue Italia, Roma, concretamente, donde dejó monumentos grandiosos en el orden de la arquitectura. De Italia pasó al resto de Europa y llegó incluso a Rusia. A través de España, el Barroco se difundió por toda América y alcanza su momento culminante en el siglo XVIII.
ARQUITECTURA: Los dos tipos de obra arquitectónica que el barroco desarrolla son la Iglesia y el Palacio. La iglesia, como típico estilo tiene dos robustas torres laterales que enmarcan la gran linterna con su cúpula. El palacio, que toma por modelo el de Versalles, consiste en una larga edificación de varias plantas, cuyo cuerpo central contiene la mayor densidad de elementos decorativos y forma un frontis de gran valor artístico. Elementos esenciales del palacio barroco son las galerías, que son salones largos, abovedados y con ventanales, y la escalera "a la imperial".
PINTURA: En este arte hay una marcada predilección por el naturalismo, el dinamismo y los efectos ópticos, aparecen composiciones de naturaleza muerta, bodegones, animales, vida de santos y de Cristo, enmarcándose dentro de esquemas asimétricos. Las representaciones de personas o de gente del pueblo aparecen con sus vestimentas normales, pero en los retratos de clase social alta, son más adornadas las vestimentas, pelucas, encajes, zapatos estilizados, sombreros, etc.; sin embargo, lo que más caracteriza a la pintura barroca es el manejo de las luces y sombras, la intensidad dramática y el empleo del color. En Italia se produjeron dos corrientes pictóricas, o estilos: el Ecléctico y el Clasicista, en este país se destacó la figura de Miguel Ángel Merisi de Caravaggio; en Francia destacaron Nicolás Poussin, Georges de La Tour y Claude Gelée Lorrain; en España el barroco se torna serio y formal, representado magistralmente por Diego Rodríguez de Silva, Velásquez, Francisco Zurbarán, José de Ribera y Bartolomé Esteban Murillo. En los países bajos el barroco generó dos escuelas: la Flamenca, que tuvo su apogeo en el siglo XVI en Flandes y fue representada por Pedro Pablo Rubens, Antón Van Dyck y Jacob Jordanes, y la Holandesa, la cual produjo un nuevo estilo y contó con dos importantes personajes: Rembrandt H. Van Rijn y Jan Vermeer o Van der Meer de Delft.
ESCULTURA: La escultura barroca muestra las siguientes características:
- MOVIMIENTO: las figuras se representan en alguna acción violenta y en actitudes de esfuerzo y tensión. Las ropas participan también de esta agitación y se arrugan en pliegues que revolotean como sacudidos por el viento.
- PATETISMO: gusta de la expresión de estados anímicos emotivos tales como: éxtasis, miedo, ansiedad, etc., que los rostros traducen con el más vivo verismo.
- CLAROSCURO: se buscan efectos propios de la pintura, de manera que los cuerpos se perciben como envueltos en una atmósfera luminosa.
- TEATRALIDAD: existe una propensión a lo exagerado y a las actitudes elocuentes que hacen de ella una representación dramática.
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